CAPACITACIÓN

BID: ¿Cómo puede la sostenibilidad ser una ventaja competitiva para el sector foresto-industrial?


13-11.- La pregunta llegó del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el marco de un taller que se realizó en Buenos Aires, convocando a representantes de instituciones gubernamentales, financieras y de empresas del sector foresto-industrial y de consumo masivo de Argentina, Brasil, Chile y Canadá.

“La certificación como instrumento de competitividad del sector foresto-industrial en Argentina” fue el lema del taller, organizado en forma conjunta con el CERFOAR – PEFC Argentina, bajo la dirección de Florencia Chavat, en representación de los miembros del sector privado y público que lo integran.

Los esquemas de certificación forestal tienen como objetivo promover buenas prácticas en el manejo de los bosques nativos y de las plantaciones forestales, asegurando que la producción lograda respete estándares ecológicos, sociales y éticos. La certificación de Gestión Forestal Sostenible (GFS) y la trazabilidad de los productos a través de una Cadena de Custodia (CdC) certificada son una forma de vincular a los usuarios de toda la cadena de valor con el desarrollo sostenible, incluso en aquellas organizaciones cuyo negocio principal no está vinculado con el bosque.

Esta vinculación ofrece una transparencia con respecto al cumplimiento de requisitos públicos y privados, nacionales e internacionales, que pueden ser limitantes o favorecer el acceso a negocios o a condiciones favorables de comercialización y de financiamiento, sostienen en un resumen desde la organización, documento al que accedió ArgentinaForestal.com.

Desde 2014, Argentina cuenta con un esquema nacional, el Sistema Argentino de Certificación Forestal, homologado por el Programa para la Homologación de Sistemas de Certificación Forestal (PEFC).

Durante su exposición, Florencia Chavat, responsable de la entidad administradora del Sistema en el país, sostuvo que lograr su homologación fue el resultado de un proceso de nueve meses de evaluación rigurosa, internacional e independiente, con un amplio consenso de la sociedad.

“Tener un logotipo  (sello verde) PEFC garantiza a los clientes y consumidores que están comprando productos provenientes de bosques gestionados de forma sostenible. Actualmente el 11% de los bosques del mundo están certificados, de los cuales el 70% cuentan con certificación PEFC”, explicó.

En ese contexto, Kathy Abusow, presidente y CEO de Sustainable Forestry Initiative Inc. Canada – USA (SFI), presentó resultados positivos de como el mercado internacional reconoce y acepta la certificación forestal como valor agregado a una marca o producto. El SFI es una organización que crea estándares para la certificación, alcanzando a 140 países donde se reconoce y se venden productos con el sello de la organización. “Hace diez años nosotros aprobábamos la utilización del logo SFI en alrededor de 50 marcas al año. Actualmente aprobamos 50 marcas al día”, señaló Kathy.

De los tres estándares desarrollados por SFI, de manejo forestal, de cadena de custodia y origen de fibra, el primero está homologado por PEFC y abarca el 40% de las certificaciones PEFC en nivel mundial.

 

Mercado y estímulos financieros

Cada vez más las instituciones financieras se preocupan que la sostenibilidad esté incorporada a sus negocios, indicó por su parte Aldo Cerda, CEO SCX de la Bolsa de Clima de Santiago de Chile.

 

Los representantes de instituciones financieras que participaron del taller promovido por el BID, el Banco Galicia, la Bolsa de Clima de Santiago y el propio BID, informaron algunas acciones que vienen implementando.

En su presentación en el seminario internacional, Laura Schiavone, Analista Sectorial y Ambiental del Banco Galicia comentó que muchos bancos adhirieron al “Equator Principles” una estructura de administración de riesgos para determinar, evaluar y administrar los riesgos ambientales y sociales en el financiamiento de un proyecto. En este sentido, presentó el “Bono Verde”, una línea de financiamiento del banco para proyectos que mitiguen impactos ambientales asociados al cambio climático y las directrices del banco orientadas a proyectos foresto-industriales, que incluye un análisis ambiental y social para definir el nivel de riesgo asociado a la actividad.

Muchas de las directrices presentadas son también las utilizadas por el BID en su política de sostenibilidad ambiental y social, como puntuó Ricardo Torres, especialista del BID Invest que planteó algunos de los beneficios de la certificación para la competitividad, como la facilitación de financiamientos y la reducción del riesgo reputacional.

Respaldando esa idea desde el sector empresarial, representantes de Arcor Argentina y Suzano Celulose y Papel SA de Brasil compartieron sus experiencias con la certificación en cada país.

Bárbara Bradford, gerente de Sostenibilidad de Arcor explicó que, al estar certificada la empresa tiene más valor y ventajas competitivas. La empresa actualmente está presente en 10 rankings y premios de sostenibilidad  y la ejecutiva contó como impulsó la planificación, gestión, monitoreo y gobernanza de la sostenibilidad de sus negocios.

A su vez, Polliane Schwabe, de Suzano, expuso como accedieron a dos bonos, el CRA Verde, de 1 billón de reales y al Green Bonds, de 500 millones de dólares. Ella estimó el costo del proceso de la certificación en 2 millones de reales anuales, enmarcando que el costo principal depende de la solución elegida por cada empresa para adecuarse a la norma.

 

El contexto argentino y las oportunidades

De la apertura del taller participó el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Guillermo Bernaudo, quien se refirió a las oportunidades que se presentan para la incorporación de la certificación forestal en el sector foresto-industrial.

Desde el gobierno nacional se impulsa la vinculación entre la producción de madera y la construcción civil para superar el déficit habitacional de forma “eficiente, rápida e con arraigo local”.

En ese contexto, la certificación sería el elemento que garantiría la sostenibilidad del proceso en el origen. Teniendo en cuenta, además, el potencial exportador de la madera, la certificación facilita la inserción en los mercados externos más exigentes.

Otra oportunidad sería el Plan “Forestar 2030” ya que tendría como objetivo alcanzar los compromisos asumidos por el país en el Acuerdo de París, y pone como eje central el desarrollo de una nueva economía forestal de triple impacto al impulsar el desarrollo social, económico y ambiental. Está siendo implementado en el marco del Gabinete Nacional de Cambio Climático y liderado por la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

 

Algunos de los desafíos enmarcados por los expositores fueron principalmente la informalidad del sector y la existencia de pocos proveedores que atienden a los patrones para suministrar a las empresas certificadas.

 

Acciones para enfrentar los desafíos

Algunos de los desafíos expuestos durante los paneles conformados en el seminario, son objeto de acción del Programa Sustentabilidad y Competitividad Forestal, que ejecuta la Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación, con un préstamo del BID, orientado a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) del sector.

Por un lado se está trabajando el tema de la informalidad del sector a través de la implementación del Programa de Verificación de Legalidad de la Madera (PVLM), una herramienta de apoyo a la gestión de la legalidad a la mejora continua en las rutinas de trabajo.

Un verificador independiente identifica el cumplimiento de los requisitos legales aplicables a la actividad productiva y si se cumple el administrador del PVLM emite un Certificado de Conformidad. Por ende, el cumplimiento de las normas vigentes, uno de los principios de la certificación forestal, facilita el acceso al certificado PEFC.

A su vez, para apoyar el acceso a las MiPyMEs la solución propuesta es el armado de grupos de certificación.

Según Florencia Chavat, sería la forma de ganar escala de producción, minimizar riesgos y distribuir los costos del proceso. Ambas acciones cuentan con asistencia técnica gratuita por parte de Programa.

Para cerrar el evento, Joseph Milewski, anfitrión y coordinador del Seminario, especialista sectorial en Recursos Naturales del BID,  afirmó que “el sector en Argentina tiene mucho potencial de crecimiento a semejanza de los países vecinos y el Banco seguirá apoyando al gobierno argentino para el cumplimiento de ese objetivo”.

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