Nuevos controles para los envases en contacto con alimentos dispuesto en el Código Alimentario Argentino

En Enero pasado se incorporó el Reglamento del Mercosur para Envases en contacto con alimentos a la legislación con la Resolución Conjunta 01/2019

Para conocer los alcances y obligaciones que implican la nueva normativa, La Revista del Corrugado consultó al Ing. Fabian Delorenzi, Responsable de Laboratorio del Centro de Celulosa y Papel del INTI. Quien participó en la elaboración del mismo representante Argentino y en el desarrollo de técnicas analíticas a fin de evaluar la calidad de los envases.

Para situarnos en el tema: ¿El envase de un alimento es inerte? ¿Puede trasladar sustancias a los alimentos que sean nocivas para la salud?

En el caso de envases celulósicos, el único polímero base que contiene es la celulosa, que es inocua. Además su materia prima es renovable y reciclable. En Argentina cerca del 55% del papel fabricado se produce a partir de reciclado. Tenemos uno de los índices más altos del mundo.
Pero dependiendo del uso hay ciertos aditivos que se agregan durante el proceso de fabricación para conferirle al material ciertas propiedades que pueden ser potencialmente tóxicos para la salud de quien ingiera el alimento.

¿Qué normas deben cumplir los envases celulósicos de los alimentos?

Históricamente debía cumplirse el Código Alimentario Argentino, Al cual se le fueron agregando modificaciones, sobre la base de resoluciones del MERCOSUR.

A nivel regional el INTI trabaja desde hace casi tres décadas formando parte de la Comisión de Alimentos del Mercosur en el impulso de normativas, debido a que estas reglamentaciones regían solamente para envases de materiales plásticos y no así sobre materiales celulósicos.

En Marzo del 2016 se concluyó en el ámbito del Mercado Común un nuevo Reglamento especificó para envases celulósicos en contacto con alimentos, del que formé parte de la comisión que lo confeccionó. El mismo unificó las resoluciones anteriores y actualizó los requerimientos de acuerdo a Recomendaciones Alemanas (BfR) y de la FDA que son referencia a nivel de la Unión Europea y los Estados Unido, respectivamente.

En Enero de este año con la Resolución Conjunta 01/2019 se incorporó la normativa a nuestra legislación, modificando el Código Alimentario Argentino.

¿Esa normativa se aplica para los países miembros del Mercosur solamente? Si el envase es para exportarse, se deben cumplir diferentes requisitos?

Es válida a nivel MERCOSUR, pero también aplica para exportar a Europa y EE.UU., ya que están contemplados todos los requerimientos propios de esos mercados en la nueva Reglamentación.

 En el caso de que se trate de papel y/o cartón, ¿qué se analiza?

El procedimiento es el siguiente: una vez que el fabricante del envase celulósico acerca al INTI el mismo, se verifica es sí el material celulósico es reciclado o no, ya que a cada una de estos materiales le corresponden procedimientos diferentes. Cuando la fuente es un material no reciclado, el fabricante debe presentar una declaración jurada con los aditivos que aplicó para la producción del papel. En función a la declaración se fijan ensayos de control.

Los ensayos básicos son:

Migración total, es decir todo lo que podría llegar a migrar al alimento, Migración específica: Cuanto migra de metales pesados–estos ensayos tienen un límite establecido por la reglamentación Mercosur-. También la aplicación del método de detección de antraquinona que puede estar presente en la pasta celulósica, y que se suma a la lista de materiales con riesgo cancerígeno como los PCB (Bifenilos Policlorados) y los Clorofenoles.

Si se trata de material reciclado, ¿los estudios son diferentes

En el caso de ser un papel que para producirse se utilizó como materia prima celulosa reciclada, se realizan los mismos ensayos y se suman otros, dada la complejidad que el material tiene en su formación. En este caso se busca evaluar no sólo la migración específica de metales pesados, sino también identificar si contiene tintas, plásticos y ver si se transfirió del papel al alimento algún componente de los mismos, y buscar elementos potencialmente cancerígenos.

En el caso de que el papel reciclado vaya a estar en contacto con un alimento acuoso-graso (como por ejemplo una pizza) se realizan análisis adicionales para detectar Aminas aromáticas primarias (por las tintas), Ftalatos, Bisfenol A y  Benzofenonas (por los materiales plásticos) entre otros. Todos estos son compuestos que están incluidos en la última Reglamentación Mercosur.

¿Los requisitos son diferentes dependiendo de los alimentos que va a contener el envase?

Con el desglose de los componentes, se solicita un detalle de los tipo de alimentos que se van a transportar; el tiempo, la temperatura y en función de eso, llevan a cabo la simulación del contacto para los ensayos. Hacemos un ensayo de migración global para saber todo lo que puede llegar a migrar del papel al alimento, lo cual para cada sustancia tiene un límite establecido por la reglamentación Mercosur, y otro específico para medir algún contenido particular”

 ¿Qué desarrollo llevaron a cabo en el INTI?

En 2013 la recomendación Alemana BfR sumó a la lista de materiales con riesgo cancerígeno nuevas sustancias, como la antraquinona. A raíz de ese cambio, desarrollamos en el Instituto una metodología que no existía en la región, el método de detección de antraquinona, a fin de verificar la presencia de este compuesto tóxico en la celulosa.

¿Cuál es la importancia de la adopción de este tipo de metodología?

Sobre la metodología desarrollada por INTI Celulosa y Papel, que es un avance que permitió contar no solo con un método local para detectar la presencia de la antraquinona en la celulosa sino también impulsar un plan a 5 años para retirar paulatinamente esta sustancia de la producción del papel.

Esta metodología no estaba normalizada en otros países. Para poder aplicarla en el Mercosur realizamos una búsqueda bibliográfica exhaustiva, además de validar los métodos obtenidos de trabajos puntuales de investigación y conseguir muestras en el país para adaptar el método a nuestra coyuntura.

El INTI es el único laboratorio oficial que realiza el control del material celulósico en envases a fin de garantizar la seguridad alimentaria, según lo que dispone el Código Alimentario Argentino. El ensayo de migración sirve para que el fabricante conozca si su producción cumple o no con los parámetros establecidos.

 ¿Estos estudios son obligatorios? ¿Los consumidores, podemos estar seguros al consumir un alimento de que su envase, si es de papel o de cartón corrugado, fue testeado?

Estos estudios son de carácter obligatorio y son certificados por el INAL o el SENASA en el caso de tratarse de productos cárnicos o vegetales.

En los supermercados, por ejemplo, los materiales celulósicos para contacto directo con alimentos deben estar debidamente certificados por dichos organismos o los institutos bromatológicos regionales que ellos designen para poder ser utilizados.

 ¿Cómo innovar en materiales que brinden mejoras en la calidad y funcionalidad?

En materia de envases celulósicos hay mucha innovación a nivel mundial debido a que el papel es una de las materias primas más utilizadas. En este ámbito la celulosa reciclada es una alternativa interesante para aprovechar.

Los envases celulósicos son incomparables con los de plástico, no solo porque este último puede contener más contaminantes – por la propia naturaleza de su composición -, sino porque incluso siendo biodegradable tarda tiempo en descomponerse y es difícil de reciclar. El papel presenta una gran ventaja al ser altamente biodegradable.